jueves, 6 de octubre de 2011

Fátima


















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Ya es de noche cuando llego a casa. Salgo a la terraza buscando una brisa fresca que no acaba de llegar. Desde ahí arriba observo que hay gente saliendo de la Gran Superficie. Tienen pinta de ejecutivos, todos de traje, ellas con sus carpetas aferradas al pecho. No sé por qué, pero me resulta dificil asociar a esas personas con la Gran Superficie (Superficie: "aspecto externo de algo") Hace pocos días, allí mismo, en la Gran Superficie, me despedí de alguien que en lugar de traje llevaba el uniforme de los empleados. Esos que te esperan a la salida, tras una cinta transportadora junto a una caja registradora. Suelen llevar su nombre escrito en una tarjeta que quedaría tapada si, en lugar de atenderte, sostuvieran una carpeta como esas ejecutivas de antes. En su tarjeta pone 'Fátima'. Sin perder el gesto serenamente risueño de siempre, Fátima me contó que era su último día de trabajo. "Me echan porque si no me tienen que hacer fija".

Existe cierto consenso sobre el buen aspecto que ofrece la Gran Superficie. De vez en cuando pueden verse grupos de aprendices siendo adiestrados sobre el terreno. Van también uniformados y obsevan atentamente al instructor. Al llegar a la caja, tú formas parte de la clase práctica. Después de pagar, si levantas la mirada, tal vez se tope con unos ojos sonrientes como los de Fátima.