viernes, 6 de enero de 2012

La Institución (VI)

 

Fotograma de 'Frenético' (1988) Roman Polanski.


















Desde la ventana de su despacho Hector Aguirre contemplaba la ciudad fantasma, deslumbrada por el sol de invierno. Frente a él, las obras de la titánica mole de hormigón consagrada a La Administración permanecián paradas. En esos días de fiestas navideñas no había rastro del anecdótico factor humano. Nadie atravesaba el vacío que entre los edificios públicos conducía a las cafeterías de acogida. Cuando Pablo Garro llamó a la puerta abierta, tardó un par de segundos en darse la vuelta para recibirle.
-Qué tal con el amigo Roberto? -preguntó Aguirre, con gesto risueño.
-No abre la boca. Me habían contado lo contrario de él -respondió Garro.
-Antes no era así, te lo aseguro. A veces, cuando se encendía, no había quien le hiciera callar. Puede que los años que ha estado fuera le hayan vuelto silencioso. Por otro lado, en nuestro oficio eso no es malo. Lo que ya has podido comprobar es que sigue siendo un luchador. -Aguirre mantenía la mirada perdida en algún punto ajeno a Garro-. Pero no creas que lucha movido por el entusiasmo o el miedo. Tampoco lo hace por ninguna convicción, aquí no queremos insensatos de ese tipo. Lo hace por puro frenesí, un delirio furioso en su interior que no descansa nunca. Un ánimo exaltado que sólo puedes reconocer mucho después de que comprendas que no hay posibilidad de retirada. Esa violenta perturbación la reviste de fría determinación. Pero yo lo conozco bien, a mi no me engaña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario