sábado, 28 de mayo de 2011

El ciudadano de bien



El ciudadano de bien se crió en el seno de una familia trabajadora, estudió y sacó buenas notas, disfrutó de largos veranos, más de una chica le embrujó, alguna le hirió, él hizo lo propio, desarrolló el gusto por la música, el cine, la literatura, la pintura, conoció otros lugares, se tituló en la universidad, comenzó a trabajar esperando aprender un oficio antes que recibir un sueldo, cuando el sueldo llegó se casó con su novia, se hipotecaron, tuvieron hijos, perdió el trabajo, más tarde lo recuperó. El ciudadano de bien se sumó a otros ciudadanos que, como él, estaban descontentos con el presente y preocupados por el futuro. Una porra con membrete le hizo comprender que un ciudadano de bien no se distingue especialmente de cualquier otro tipo de res.

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