jueves, 26 de julio de 2012

70

Dentro de unos minutos hará setenta años que la abuela Paca te trajo a este mundo. Imagino a Nino, tu padre, exultante invitando a todos los parroquianos del bar. Una invitación que se repetiría un par de décadas después, en la antigua cafetería Lux cuando, contra el pronóstico de los necios que entienden el destino como una consecuencia de la clase social a la que se pertenece, obtuviste el título de ingeniero. Dales, a los dos, un abrazo muy fuerte de mi parte. Con todo, yo creo que lo mejor que supiste hacer fue eso que no te enseñaron  los Franciscanos, eso para lo que no nos preparan a ninguno; Fuiste un padre genial, lo digo en serio, ¡qué personaje! Esa figura autoritaria que describen de otros no encajaba en ti ni aunque quisieras. Tus peculiares maneras, sin embargo, nos calaron profundamente, sin duda. Y eso es algo que nos sirve, de verdad, quédate tranquilo. Por cierto, te fuiste sin que me diera tiempo a pedirte perdón por tantas veces que hemos discutido; por lo mal que te he hablado en ocasiones, a ti que siempre me has levantado el ánimo cada vez -y eran muchas las oportunidades- que me hundía en mis terrores. Si he seguido adelante ha sido fundamentalmente gracias a ti, ahora me doy cuenta; ahora que no tengo con quién sostener esas largas conversaciones. Sospecho que a pesar de ello te dejaste muchas cosas por contar pero, si es así, entiendo que eso es algo que debe pertenecerte a ti y sólo a ti. Por mi parte no hay problema, yo también trataré de llevarme conmigo cierta información estrictamente íntima. Tal vez no te sirva de mucho pero quiero decirte, por último, que para nosotros sigues muy presente; no sabes hasta qué punto. Te quiero.

2 comentarios:

  1. Escalofriante. Pero te digo una cosa: si algo sé de Angel Sánchez (y él se encargaba de transmitirlo a todo el mundo) es que estaba muy orgulloso de sus hijos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El sentimiento es recíproco. En cierta forma, amigo Ortiz, reconozco que yo ahora también me estoy encargando de airearlo a los cuatro vientos.

      Eliminar