domingo, 14 de noviembre de 2010

Antes de ayer

Por la mañana temprano, antes de acudir a la cita pasas por tu oficina. Recoges algo y dejas un mensaje sin destinatario posible. Al salir a la calle, la casualidad te vuelve a proporcionar una nueva y redundante dosis de escalofríos. Después de un breve trayecto en coche llegas al sitio. Acompañado de una suerte de personajes dispares, recorres un edificio recién construido. Otro mensaje, recibido en tu teléfono, te informa de que uno de los presentes ya no debería continuar allí. Prosigues la visita como si nada, aunque no puedes evitar observar furtivamente a la aludida. Acaba de tirar tus papeles al suelo y parece nerviosa. Subís a la cubierta por una escalera escamoteable. Allí arriba, le insistes en que no es necesario comprobar algunas cuestiones. En apenas dos horas la inspección ha terminado. Regresas al despacho vacío. Hacia el final de la mañana los vecinos habituales han vuelto. Te despides torpemente y sales a comer. Pasas por casa y añades una corbata a tu vestuario. Conduces algo menos de una hora, luchando contra el sueño. A pocos metros de tu destino casi sufres un accidente. Culpas al desvío provisional que te ha hecho atravesar un anodino barrio de ensanche. Una vez en el recinto, te cruzas con los alumnos de la edición que acaba de comenzar. Charlas unos instantes con unos cuantos conocidos; sin embargo, esa tarde es tu última intervención en el máster que finalizará al día siguiente. Pese a las alturas del curso, las cinco horas de ponencia acaban con una especie de debate retórico que tú no recuerdas haber podido suscitar en ninguna de las seis ediciones anteriores. Al despedirte de la joven coordinadora en funciones preguntas si tiene algo para tí y, con cara de no entender, responde que no. Luego, otra vez la carretera ahora envuelta en una noche que presagia lluvia.

6 comentarios:

  1. ¡ me ha encantado!...menudo plano secuencia !!!!

    ResponderEliminar
  2. La última entrada de Casalontana ha puesto su mirada en la 'actualidad' ¿no? Espero que en lo sucesivo no abandones la abstracción que resultaba tan sugerente.. ¿o es que pretendes arrojar más luz, insensato? (bromeo)

    ResponderEliminar
  3. Carlito, alguien podría decir que tu trabajo no te apasiona!

    ResponderEliminar
  4. Angelito: ¿lo exclamas o lo preguntas? Además, viniendo de un tipo que trabaja para los que fabrican los mayores aviones del mundo... En cualquier caso esto (todo) es ficción.

    ResponderEliminar
  5. Carlos, muy bueno el texto, muy gráfico, pura realidad escrita. La verdad es que hay días que son así, o los sientes así, que es aún peor... llegará el día de retomar las riendas!?

    ResponderEliminar
  6. Amigo Alberto ¡cuanto tiempo! Si andas algo flojeras piensa que aún hay mucho y bueno por hacer.

    ResponderEliminar