domingo, 21 de noviembre de 2010

Entusiasmo

Resulta que ese sentimiento lo identificaban con el furor de las sibilas durante sus oráculos. Es posible, por tanto, que el entusiasmo proceda de una lógica borrosa o difusa. Quizá sólo los niños puedan conservarlo a salvo de las amenazas, los miedos y las dificultades. Al margen de espíritus proféticos y en medio de este ambiente hostil, tal vez el problema consista en no encontrar la causa hacia la que dirigir esa inspiración divina. De lo que no hay duda es que quien lo posee, en lugar de limitarse a sobrevivir, vive.

2 comentarios:

  1. Carlos, genialmente inspirador... No recordaba ya esa fantástica película. Voy a ver si la pillo por ahí y la vuelvo a ver, siempre, por supuesto, con el permiso de mi acompañante.

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