domingo, 19 de diciembre de 2010

La gata sobre el tejado de zinc


La gata sobre el tejado de Zinc (Richard Brooks. 1958)


"-¡Mira! Esto es lo que me dejó mi padre. ¡Esta maletucha! Dentro sólo estaba su uniforme de la guerra del 98. Fue todo su legado. ¡Nada en absoluto! Yo levanté todo esto de la nada.
¿Es todo lo que te dejó?
-Sí, era un vagabundo. El mendigo más famoso del grupo de los vagones de carga. Trabajaba de peón de vez en cuando. Yo le seguía a todas partes. Me sentaba en la mierda con el culo al aire y esperaba a que viniera. Además del hambre lo primero que recuerdo es la vergüenza. Me daba vergüenza aquel mendigo viejo y miserable. Iba de vagón en vagón con nueve años, algo que nunca tuviste que hacer tú. Y no tendrás que enterrarme como lo tuve que hacer yo. Lo enterré en un prado, junto a las vías del tren. Corríamos para coger un mercancías y su corazón se detuvo. ¿Sabes una cosa? Ese maldito mendigo murió riéndose.
-¿Riéndose de qué?
-De sí mismo, supongo. Un mendigo vagabundo sin un duro en el bolsillo. Sin futuro ni pasado.
-O quizá se riera porque estaba feliz. Feliz de tenerte a su lado. Te llevaba a todas partes y no se separaba de ti.
-No quiero hablar de eso… Sí, lo quería. Creo que nunca he querido a nadie como a ese maldito mendigo.
-¿Y dices que sólo te dejó una maleta con un uniforme de la guerra del 98 dentro?
-Y algunos recuerdos.
-Y amor.
-¿Te he contado todas las historias sobre mi viejo?
-Unas cincuenta veces."




No hay comentarios:

Publicar un comentario